Los técnicos superiores sanitarios desconvocan la huelga en Cataluña

El paro, activo desde hacía tres semanas, había limitado la capacidad de analizar las muestras de sangre en el sistema de Salud

Manifestación del personal sanitario durante la huelga de enero del 2023, en Barcelona.
Manifestación del personal sanitario durante la huelga de enero del 2023, en Barcelona.QUIQUE GARCÍA (EFE)

A las cuatro, la huelga de técnicos superiores sanitarios se mantenía. A las seis, no se sabía. Y a las diez, se desconvocaba. El Departamento de Salud de la Generalitat ha vivido este martes una tarde frenética (otra) que ha acabado con el fin del paro laboral (otro) del personal sanitario. Es la tercera huelga que Salud desactiva en un año: en enero del 2023 fueron los médicos; la semana pasada, las enfermeras; y este martes, los técnicos superiores, esenciales para realizar técnicas de diagnóstico o análisis de muestras de sangre, entre otras tareas. Esta última estaba vigente de forma indefinida desde el pasado 8 de enero. En el trasfondo de todas, las condiciones laborales y económicas de un sector en combustión desde el fin de la pandemia.

La reunión ha empezado a la una del mediodía con responsables de Salud y representantes sindicales en la sede de la consejería, en Barcelona. A las afueras, un centenar de personas se manifestaban, entre los que un grupo de técnicas explicaba sus reivindicaciones a los vecinos con un mensaje similar al que habían mostrado las enfermeras pocas semanas atrás en el mismo sitio. “El convenio de los trabajadores del Institut Català de la Salut (ICS) es una vergüenza. Es clasista”, señalaban. Y mostraban unos gráficos en los que demostraban el escaso bagaje económico recogido en el nuevo convenio para los técnicos superiores.

La cuestión salarial ha sido la principal batalla de las negociaciones con el sector sanitario durante los últimos meses. El sistema se tensó tanto con la crisis de la covid que los profesionales reclaman convertir los aplausos de balcón y las promesas políticas en hechos consumados. En números. Los médicos fueron los primeros en avalar el aumento salarial del ICS pactado por los grandes sindicatos (CC OO, Ugt, Satse y Metges de Catalunya; con el único veto de Catac), en el que los facultativos de primer año de Atención Primaria alcanzan los 60.000 euros anuales sin guardias. Las enfermeras levantaron la voz al considerar que el colectivo salía malparado, aunque Salud aseguró que las nóminas crecerían unos 5.000 euros anuales más en la atención primaria y unos 2.500 en la atención hospitalaria, sin contar los objetivos variables. Los últimos son los técnicos, que tienen un aumento anual de menos de mil euros.

A los pocos minutos de empezar la reunión, la línea roja estaba clara: el Departamento no iba a cambiar ningún elemento económico del acuerdo del ICS. “El pacto no se puede modificar”, insistían. Los representantes veían lejos cualquier salida al paro, y así lo comunicaron a os manifestantes en el primer receso, a primera hora de la tarde: “Están enrocados”. Fuentes del Departamento también admiten que vieron cerca el fin de las negociaciones. Con la reanudación el tono cambió y a las nueve de la noche los abogados sindicales empezaron a estudiar los pactos que cierran el último capítulo de los conflictos laborales en el ámbito de la salud.

Ahora Salud ofrece trasladar las negociaciones sobre las mejoras salariales a la mesa de armonización y, tras realizar un estudio, concretar futuros avances económicos. “Dentro de dos meses nos reuniremos para ver si vamos en buena dirección; y si no es el caso, realizaremos nuevas acciones”, han anunciado los sindicatos a la salida de la reunión. La respuesta del consejero ha sido contundente: “Esto no es una tregua de dos meses. Es una desconvocatoria de huelga y trabajaremos para alcanzar nuevos acuerdos”.

Tras semanas con reivindicaciones de enfermería, que limitaron inicialmente el funcionamiento en la atención primaria, el paro de los técnicos superiores ha supuesto un problema en los análisis de sangre. La falta de profesionales ha impedido analizar las muestras a tiempo, por lo que buena parte de las pruebas han tenido que ser desechadas. Los laboratorios han priorizado las urgentes (las que llegan desde los hospitales y los casos oncológicos) para garantizar la atención asistencial, pero ante la falta de resultados de aquellos análisis ordinarios, algunos médicos han pedido como urgente algunos casos que no lo eran. “Como que analizamos todos los análisis urgentes, y algunos realmente no lo eran; lo que sí corrían prisa han llegado tarde porque había mucha más demanda urgente de la habitual”, lamentan los sindicatos de técnicos.